No es más fácil ¡pero es mejor!

Te comparto parte de mi recorrido, deseando que te aporte valor.

Escrito por: Tere Díaz

Tiempo de lectura: 4 minutos

Nunca me hubiera imaginado llegar a la edad que tengo, en la situación que vivo, y con los varios retos que me faltan afrontar:

ni lo hubiera pensado, ni lo hubiera pedido, menos se me hubiera ocurrido que pudiera ser así.

Sí, voy a la mitad de mi vida, estoy divorciada, soy madre soltera de cuatro adultos jóvenes “en vías de desarrollo”, y ando sin novio en puerta a quien besar.

¡Tranquilos! que tras el añejo divorcio, ¡novio sí he tenido!, pero el segundo rompimiento – si bien no hubo ni anillos, ni altares, ni actas que firmar – fue como un  “divorcito” también.

Y con todo esto a cuestas y otras “graciosadas” acumuladas a lo largo del camino, cada noche me duermo dentro de unas suaves sábanas blancas,

envuelta en un ligero camisón elegido de acuerdo a mi ánimo y a nuestro clima, con la ropa de mañana – minuciosamente elegida- colgada en un perchero de mi armario,

y sobre mi buró plateado unas notas hechas a lápiz con los que haceres del día siguiente que está a pocas horas de llegar.

Todo esto en medio de un montón de libros desparramados a diestra y siniestra, que turno entre noche y noche, entre sueño y sueño, y entre las decisiones que cada día tengo que capotear.

Así – y sintiendo burbujillas de emoción en la panza-  me entusiasma el llegar de las noches y me motiva el despertar de los días,

y junto con ellos todo el “circo, maroma y teatro” que disfruto sin duda en este caminar.

Mis hermanas –todas bien casadas y poco enamoradas- me observan y cuestionan con cara de sospecha y curiosidad:

“¿Estás contenta verdad?” ¿Qué de plano tendría que estar tirada al drama por no continuar con un tipo de vida, que algún día pensé que nunca se iba a acabar?

Pues cómo explicarles que su percepción no falla pues la edad no me pesa, la energía de burbujas en la panza

y al navegar por mares picados marea un poco pero no deja de estimular burbujas en la panza y en  no la pierdo, el miedo no lo consiento, y entre una y otra cosa me voy alistando para la llegada de un nuevo amor.

¿Que la vida que vivo puede ser más difícil que la que viví hace ya algunos años?

No lo niego ¿Pero que sin duda también mi existencia es tanto mejor? ¡Lo sostengo!.

Fuera de esquemas tradicionales y parejas matrimoniales disfruto de tardes libres, trabajo en proyectos nuevos y convivo con amistades de corazón.

Y para aderezar la gozadera visto trajes italianos, conozco hombres “celestiales” y mundanos y bebo Martinis con Bombay.

¿Por qué pensar que salirse del camino “perfecto”, el matrimonio “intacto”, la familia “soñada” es producto del error o de la equivocación?

Yo he reencarnado varias veces en esta única existencia que tengo, y con ello transitado lo elegido y lo inesperado, y por nada escogería ni otro cuerpo, ni otro espacio, ni otra vida que vivir.

Pero eso sí ¡enough de largos trayectos por carreteras de cuota!

Todo tan derechito me aburre, me adormila,  yo me sigo por la libre que en la terracería disfruto el bamboleo y transito con gracia, y con estilo también…

Soledad, no es sentirse sola

CONFERENCIA: SOLTERÍA

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