Aprendiendo a platicar

Bases para aprender a platicar

 

Quizás no todos estemos interesados en ser extraordinarios conversadores, más allá de que tengamos o no ciertas habilidades para lograrlo; pero disponer de ciertos recursos que nos faciliten entablar buenas conversaciones, no deja de ser un plus. Por eso considero necesario aprender a platicar.

 

Ahora, partamos de algo simple: el requisito fundamental para lograr vincular con otras personas a través del diálogo es ser auténtico y estar genuinamente interesado en el otro. Aun así, este aspecto no resta importancia a algunos puntos que te invito a considerar.

 

Consejos para mejorar las habilidades de plática

  1. Platicar es intercambiar ¡no echarse un monólogo!

Todos hemos estado en una conversación tipo “exposición” en la cual no se puede más que emitir monosílabos, o, al contrario, hayamos sido quien no suelta el micrófono. Es esencial repartir la conversación equitativamente.

 

2. Platicar es hacer preguntas abiertas

Las respuestas que implican monosílabos dificultan una conversación fluida. Para hacer preguntas abiertas hay que calibrar el tinte y ritmo de la charla: es decir, no es lo mismo preguntar sobre un tema de música que sobre aspectos íntimos amorosos o familiares.

 

3. Platicar es escuchar para entender, no para responder

¿Cuántas veces, en vez de escuchar, estamos elaborando en nuestra cabeza la respuesta, defensa o ataque de la conversación mientras el otro habla? En la contraparte ¿cómo te sientes cuando observas que no te están escuchando? Entablar una buena plática es mostrarte interesado, no hacerte el interesante; prestar atención y escuchar atentamente, lo que permite tocar muchos temas interesantes y favorece la vinculación.

 

4. Platicar también es cuidar tu lenguaje no verbal

Observa tu postura y el uso de tus manos; mantén contacto visual constante y agradable, y hazle saber a la otra persona que estás escuchándola mediante afirmaciones activas. Un gesto dice más que mil palabras.

5. Platicar es pedir permiso para interrumpir y cuestionar

Si, mientras el otro habla, te das cuenta que necesitas precisar algo y lo quieres interrumpir, detente y regresa a escuchar: si empiezas a cuestiona, la charla deja de ser un diálogo para convertirse convierte en un debate. Si quieres cambiar el curso de la conversación es importante acordarlo con tu interlocutor

¿Estamos listos para tener pláticas relevantes?

Un buen conversador, además de disfrutar el intercambio del encuentro y de la conversación, abre la posibilidad de acompañarse con otro ser humano y generar algún tipo de acuerdo oportuno para ambos, e incluso, de una buena vinculación.

 

 

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