Relaciones tóxicas -Debayle Talks-

  • Cuando el amor se convierte en violencia

Pues bien, La violencia es un patrón de comportamiento abusivo y coercitivo utilizado para obtener dominación, poder y control sobre un individuo. La violencia se expresa en cualquier palabra, acto u omisión cuyo fin sea someter al otro, infringiéndole algún daño. Incluye el uso de comportamientos legales e ilegales, además de tácticas que socaven el sentido de una persona misma, su libre albedrío y seguridad.

Ahora bien, la mayor cantidad de víctimas de violencia en la pareja son mujeres, y por correspondencia, la mayor parte de perpetradores son hombres. En ese sentido, ellas tienen un riesgo significativamente más alto de ser víctimas de violencia doméstica que los hombres.

Los que cometen violencia utilizan una combinación de las siguientes tácticas para lograr y mantener dominación, poder y control sobre la víctima. 

  • Violencia física: agarrar, empujar, patear, escupir, morder, jalonear, pellizcar, golpear, pegar, cachetear, estrangular, cortar, apuñalar, entre otros.

  • Violencia sexual: tocamientos y caricias no deseadas, contacto sexual forzado, acusar que es o fue infiel, humillar y objetivar su cuerpo, restringir acceso a la atención de su salud reproductiva, forzar a tomar parte en sexo no deseado o violación, amenazar con tener sexo con algún otro.

  • Coerción y amenazas: haciendo o cumpliendo con amenazas de hacerle daño, de abandonarle, de cometer suicido, etcétera.

  • Intimidación: hacer sentir miedo por medio del uso de miradas, acciones o gestos, destrucción de su propiedad, abuso de las mascotas, exposición de armas.

  • Abuso emocional: insultar, hacerle pensar que se está loco o loca, manipular mentalmente, humillar, hacerle sentir mal acerca de su propia persona, hacer sentir culpable.

  • Aislamiento: control sobre lo que se hace, a quién ve y a quién le habla, lo que lee, a dónde va, limitar su participación con el exterior, utilizar los celos para justificar sus acciones, retener documentos importantes.

  • Abuso económico: evitar que obtenga y mantenga un trabajo, hacer que pida dinero, tomar su dinero, no dejar que conozca o tenga acceso a la información del ingreso familiar.

  • Privilegio masculino/autorización: tratar como sirviente, tomar todas las decisiones importantes, hacer todas las reglas, ser la persona que defina los roles de ser mujer y hombre.

  • Menospreciar, negar y/o culpar de la violencia: dar poca importancia al abuso y no tomar en serio sus preocupaciones al respecto, decir que el abuso nunca sucedió, cambiar la responsabilidad del comportamiento abusivo, decir que él o ella fue quien causó el abuso, reclamar que es la víctima “verdadera”.

 

Por lo tanto, quien discrimina y abusa de otra persona confirma su lugar de privilegio y poder como si fuera “normal” hacerlo, mientras que la persona abusada confirma su lugar de “inferior”, de “diferente” o de “anormal”.

Sin dejar de reconocer que a 50 años de la segunda ola del movimiento feminista se han abierto muchas puertas que facilitan el posicionamiento de las mujeres en las esferas sociales, económicas, políticas y culturales, las diferencias de poder en las relaciones interpersonales, particularmente entre hombres y mujeres, abren la puerta a las conductas violentas y dejan estragos lastimosos en las vidas de los involucrados.

 

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