¿Quién soy y a dónde voy?

¿De qué se trata la Autoestima e identidad?.

 

Las bases de la identidad

 

Empecemos entendiendo cómo se construye la identidad. Para eso hablemos primero de la personalidad. Ésta es una mezcla de temperamento y carácter. El temperamento es la tendencia innata a responder positiva o negativamente a los estímulos en general, a ser activos o más bien tranquilones, a mostrarnos fríos o cálidos emocionalmente; es decir, tiene una base genética.

Por su parte, el carácter se forma con la influencia del contexto que nos rodea: nuestros padres, la escuela, nuestra religión o ideología circundante y. por supuesto, la cultura de nuestra comunidad. Todos estos ingredientes moldean el Yo, lo que somos y cómo nos construimos, y dan como resultado nuestra personalidad.

Parece una receta fácil ¿no? Pero, como todo proceso, el de convertirnos en personas tiene su complejidad: hay condicionantes y hay elecciones. La identidad, entendida como la percepción que una persona tiene de sí misma y de su individualidad, es flexible. Antes se pensaba que la identidad era definitiva, sin embargo, ahora sabemos que es algo cambiante, que se puede transformar, actualizar, adaptar a diversas situaciones y reconstruir.

El actualizar nuestras creencias, transitar nuestros fracasos, aprender de ellos y el vivir diferentes experiencias va moldeando la identidad. Si bien tenemos rasgos de carácter producto de nuestros genes y nuestra historia, no seremos las mismas personas siempre, y eso está bien.

Autoestima e identidad

Y, ¿cómo se relaciona todo esto con la autoestima?

La identidad, a diferencia de la personalidad que se va construyendo desde la infancia, se modela cuando empezamos a definirnos a nosotros mismos con mayor consciencia. Y es en las etapas de la adolescencia donde toma importancia saber quién soy, qué quiero y cómo me diferencio de los demás.

Pero por más seguridad que tengamos en las respuestas a estas preguntas, siempre existe la posibilidad de que las experiencias vitales, nuestras relaciones, nuestras elecciones, nuestros logros y pérdidas influyan en la forma de mirarnos a nosotros mismos y que, en consecuencia, atravesemos una crisis de identidad, perdiendo la brújula respecto a quiénes somos y qué queremos.

Una identidad lastimada por efectos no integrados en nuestra vida puede afectar la autoestima, es decir, desorientarnos, hacernos perder nuestro sentido de propósito, de valía, de competencia y de motivación. Una identidad desdibujada genera confusiones y dudas, hace que afloren la inseguridad y el miedo ante la vida.

 

Profundizando en la Autoestima e identidad

Trabajar en nuestra identidad y fortalecer nuestra autoestima, sin buscar soluciones mágicas, implica un proceso de auto conocimiento y de accionar nuestras competencias y recursos personales. De este modo, podemos continuar con nuestro crecimiento, mantener la estabilidad, tomar elecciones oportunas y saludable y conseguir un grado suficiente de satisfacción vital.

Trabajar en la identidad es algo interno y propio, pero siempre es válido pedir ayuda; si quieres profundizar en el tema, te invito a profundizar en estos temas.

CURSO: INTELIGENCIA EMOCIONAL

Transforma las heridas de tu infancia, Anamar Orihuela

(Visited 85 times, 1 visits today)