De colores y sabores

Del guardarropa a la cama, diversidad de colores y sabores…

Escrito por: Tere Díaz

Tiempo de Lectura: 5 minutos

A mí me gusta vestirme de colorines y tener en mi closet “prendillas” varias de tonalidades múltiples.

Y por ahí me dicen algunos “quesque” especialistas en moda que por qué no uso colores más sobrios, que con negro y blanco me vería mejor, que no le quite elegancia a mi lucir.

Y yo que traigo un “gen” de artesanía mexicana, ahí ando en las tienditas y bazares buscando una mascada fucsia –que pa´darle color a la camisa blanca- ,  una pulsera esmeralda y brillocita – para combinarla con mi anillo plata- y unos zapatos de dos colores rústicos, para usarlos con un par de bolsas que no encuentro cómo combinar.

Si  bien algunas personas me ven curioso, y de reojo revisan que cosita rara me eché encima hoy, yo me desconcierto un poco con aquellos a los que les gusta siempre andar con saquito azul marino, pantalón en tonos grises, y “tan tan”.

Y del guardarropa a la cama la cosa tampoco cambia: en el sexo, el erotismo y el amor, la cuestión de la variedad de encuentros, gustos, estímulos y deseos – a los que les gusta solo vestir de “blanco y negro” –

les parecen desviaciones sino es que francas “perversiones” y sinónimo de enfermedad. ¡Ah, cuánta moralidad e ignorancia en un espacio que puede ser tan pintoresco, gozoso, variadito y lúdico!

Y es que ha sido taaaaan difícil desafiar la heteronormatividad hegemónica (¿suena rimbombante verdad?) como referente absoluto en cuestiones de amores y de sexualidad.  ¿Desde dónde es que nadie piensa que la heterosexualidad sea “rarita”?

¿Por qué asumir que quien explora y adopta otros caminos tiene que tener alguna “tuerca mal”? Con el estandarte de la “reproducción” no podemos soltar la necesidad de prohibir o juzgar la existencia de diferencias en la cama y en el corazón.

A mí que no me digan que “la naturaleza dice” o que “la esencia clama”.

Muchas cosas de lo humano son producto de la evolución –como el apéndice y el himen que hoy de poco sirven-.

La sexualidad y los amores son también producto de lo social y por tanto son mucho más “variopinto” que lo que los sistemas de “salud” pretenden aceptar. Lo que sirve, se usa, lo que no sirve y no molesta ahí está, y lo que no sirve y estorba, a volar.

La sexualidad no es “black and white”,  así que pintémonos del color que nos apetezca en este amplio continuo entre homos, heteros, bis  X Y Z  y combinaciones más.

Diversidades sexuales

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