Las peores personas son más fácilmente perdonadas y te voy a contar cómo:
Escrito por: Tere Díaz
Tiempo de lectura: 3 minutos
Empecemos por el hecho de que pensamos que las peores personas son las que cometen más infidelidades, sin importarles el daño que hacen a su pareja, familia, e incluso a la tercera persona. Tienen un perfil de personalidad narcisista-egocéntrica, que les permite darse cuantas licencias quieran para satisfacer sus necesidades sin sentimiento de culpa, además saben escoger parejas inmaduras, con las que establecen vínculos de dominancia-sumisión.
Logran que su mal comportamiento sea tolerado: en tanto que el “malo” domina al “bueno”, es perdonado. Y, dado el sexismo, quien generalmente ejerce de malo es el hombre y quien concede el perdón es la mujer. Aunque esto no quiere decir que la variante femenina no exista, solo es menos frecuente.
Por fortuna, a pesar del tiempo y una autoestima deteriorada por la dependencia emocional, los subordinados terminan reaccionando y rechazando a quien los ha subordinado. La misma situación de injusticia hace que el sometido quiera menos a quien le somete y acabe cansándose de él, mientras que el sometedor necesita cada vez más al sometido, porque se aprovecha de su bondad.
Al final, la consecuencia es que el bueno-dominado alcance la madurez para abandonar al malo-dominador. Y tu, ¿te has visto envuelta en una situación como esta? Te invito a que revises mi curso en línea Personas tóxicas